| CARTA DE LA REDACCIÓN 
 El curso que termina ha sido prolijo en actividades complementarias, cuyo principal
									objetivo ha sido procurar una formación integral a nuestros alumnos, así
									como una serie de experiencias que, desde luego, no se adquieren en el aula. Podemos
									fijar como uno de los grandes retos de la educación actual, la superación,
									en nuestros alumnos, de particularismos fomentando el encuentro y entendimiento con
									otras culturas, aunque estemos hablando de aquellos países de nuestro entorno
									más próximo. En una sociedad como la actual, en que la globalización
									no es ya una cuestión de futuro sino una realidad, la capacidad de reconocer
									y respetar lo ajeno es fundamental. Y esto es lo que, desde hace algunos años,
									llevamos intentando en el Centro mediante los intercambios con Italia.
 
 Al mismo tiempo, y como reflejo de lo anteriormente expuesto, es también pertinente
									y necesario conocer la propia cultura, las raíces de nuestra sociedad, porque
									sólo así podremos comprender lo que nos rodea e integrarlo en aquello
									que a nosotros nos falta, o en lo que estemos equivocados. Claro ejemplo e intento
									de esta preocupación lo han constituido las Rutas literarias, actividad en
									la que hemos participado este año, procurando complementar y enriquecer la
									cultura común que ha de formar parte integrante e indispensable de todos.
 
 Pues bien, todos estos objetivos y buenas intenciones han quedado en cierto modo
									desmerecidos al existir un grupo de alumnos que no han podido participar en ninguna
									de las actividades programadas. Ante las actitudes negativas que enrarecen de forma
									constante la convivencia en el Centro, no hemos podido sino privarles de su asistencia,
									lo que a tenor de lo antes explicado, nos preocupa intensamente. Necesitamos, pues,
									todos aquellos que formamos parte de la Comunidad educativa, aunar esfuerzos y buscar
									soluciones para que esta situación no sea una constante en la vida del Centro,
									con grave perjuicio además para la formación de los alumnos.
 
 Es importante también, contar con la colaboración de los alumnos, de
									todos, pero en particular de los que sí han intervenido en aquellas actividades
									y han encontrado un mundo nuevo y, a veces, desconocido. Serán ellos, los
									que deban contar a sus compañeros aquello que han vivido y experimentado,
									lo que han visto y cómo se lo han pasado. Quizás de este modo, al ser
									más cercano el testimonio, los que hasta ahora lo desconocen, sientan la intriga
									por descubrir y compartir y puedan formar parte sin excepción, de este proceso
									de aprendizaje que no se limita exclusivamente a las aulas.
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