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DIRECTAMENTE AL CORAZÓN… ::
- ¿Quién no se ha emocionado alguna vez al escuchar una canción? -
Mª Soledad Alegre López
Profesora de Música
msalegre@e-quercus.es
         
 

DIRECTAMENTE AL CORAZÓN…
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¿Quién no se ha emocionado alguna vez al escuchar una canción? ¿Quién no se ha sentido de una determinada manera y ha acudido a una música para encontrarse un poco mejor o para sentir compañía? ¿Quién no se ha refugiado en una melodía y cuando le han preguntado qué le pasa, ha respondido… ”nada”?

Seamos jóvenes, seamos viejos, niños o adolescentes…la música siempre ha estado y está a nuestro lado. Tal vez por eso, merezca la pena conocerla un poco mejor.

Durante el curso pasado y los meses que llevamos de este, los alumnos habéis mostrado en clase canciones que hablan del rencor, la tristeza, la soledad, la rabia… Letras donde se contaba como una mujer declaraba su amor a otra mujer y su sentimiento era igual de importante y real que si se lo hubiese declarado a un hombre, canciones donde se mostraba el rechazo a la violencia machista, el abuso de algunos chicos/as a otro compañero de clase, la añoranza de un país donde una persona no puede vivir a pesar de haber nacido allí o la alegría de estar y reír con los auténticos amigos. Siempre habrá una música con la que identificarnos, una letra que pone palabras a lo que yo quiero expresar, un ritmo que me mueva los pies o un conjunto de instrumentos que me dejen, literalmente alucinado. Y por supuesto… siempre, siempre habrá una pieza musical que me haga sentir, recordar y añorar al AMOR.

Si hay una emoción a la que la música le ha dedicado la mayor parte de su historia, esa es el amor. Desde los trovadores que cantaban a sus bellas damas a finales de la Edad Media, hasta Fondo Flamenco, Don Omar, Orishas, La Quinta Estación o Violadores del Verso en pleno siglo XXI, han cantado por el cariño, admiración y deseo hacia otra persona.Todos han dicho con música lo que, tal vez no se atreven a reconocer con palabras. ¿Eso fue lo que hicieron cada uno de los alumnos que ofreció su canción para el disco de amor que hemos hecho entre todos? Pienso que sí, que cada letra y cada melodía tiene un trocito de vosotros, aquel que no queréis que se descubra pero que necesitáis gritar lo más alto posible. Tal vez eso sea AMOR.

Una de las parejas de músicos que más han gritado la emoción que les unió durante toda su vida fueron Robert Schumann y Clara Wieck. Pianistas y compositores del siglo XIX, que lucharon con toda dificultad para estar juntos, incluso contra la ley, ya que Clara era menor de edad cuando quiso casarse con Robert por encima de la desaprobación de su padre. El amor que sintieron el uno por el otro ha trascendido la historia y a pesar de los más de 100 años que han pasado, sus obras siguen mostrándonos la misma emoción que cuando las compusieron para decir, en especial Robert a Clara, cuanto se amaban. Y tuvimos la gran suerte de comprobarlo el pasado martes 17 de Febrero a través de un concierto ofrecido por la Orquesta de Castilla y León en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, dirigido a varios centenares de alumnos de toda la comunidad.

La fortuna de tener a un músico que frente a un gran piano de cola, nos fue tocando cada melodía que la narradora nos contaba que había sido compuesta por Schumann para su mujer, la suerte de ver en directo una orquesta sinfónica con todas sus secciones e instrumentos tocando con un tutti la angustia del músico al verse enfermo y no poder seguir amando a Clara, sentir a más de 20 violines tocando al mismo tiempo, las notas de la melodía pero también la variación de su intensidad, sin que nosotros percibiéramos que eran tantos y no solo uno… todo ello y a pesar de que sea un estilo de música que no nos gusta, merece la pena y es una oportunidad que no se tiene todos los días. Por eso, y a pesar del enfado de algunos por no querer ir a la excursión, de la cabezadita de otros durante el concierto o de reconocer que no había sido el espectáculo que más os habría gustado, pienso que mereció la pena. Aunque solo fuera por haber podido tener delante un fagot, una trompa, una viola o los timbales, haber podido estar en un auditorio como ese o… haber comido el bocadillo todos juntos y muertos de frio al lado del autobús, definitivamente, mereció la pena.

Pero ahí no se acabó el día. Luego conocimos la villa de Urueña, pueblito con una hermosa muralla desde donde ver todo el campo de Castilla, y con agradables calles y casas reconstruidas. Allí volvimos a tener otras tres oportunidades que tal vez ninguno de nosotros había tenido antes:

- Visitar un estudio de grabación donde Michel nos explicó todo el proceso que se sigue hasta grabar una canción para un disco, nos dio la oportunidad de descubrir ciertos trucos que se consiguen gracias al uso de programas de ordenador y darnos cuenta de que la guitarra eléctrica que estábamos escuchando, era en realidad una guitarra acústica, conocer lo que se tarda y lo que cuesta hacer una disco, etc. Incluso alguno se fue de allí hasta con varios caramelos en el bolsillo.

- Visitar el Museo de Joaquín Diaz, músico que durante años ha estado recopilando canciones e instrumentos de la música de nuestra comunidad para poder mostrarla a todos. Así conocimos las zanfoñas, el rabel, el caramillo, la ginebra, la gaita, el tamboril, etc.

- Pero la música es totalmente universal y esto lo comprobamos en el segundo museo que visitamos el de Instrumentos del Mundo de Luis Delgado. La diversidad que había en sus vitrinas fue espectacular además de contar con una explicación para nosotros solos de algunos de los instrumentos más extraños y de las características de cada uno. Aquí caramelos no nos dieron, pero pudimos tocar directamente y probar el sonido de algunos instrumentos que eran realmente curiosos.

Como veis, la música no solo nos da la oportunidad de expresar emociones, sino que además nos ayuda a pasar un rato juntos, a conocer otras culturas y encontrarnos con la nuestra propia, a aprender cosas de países muy lejanos e incluso a comprendernos aunque no hablemos la misma lengua. Y es que la música es universal y atemporal. No importa el lugar, no importa el momento, ni siquiera el siglo, no importa mis costumbres ni el idioma que hable, no importa si tengo 20, 80 o 16 años… la música siempre será capaz de expresar aquello que siento, llegando DIRECTAMENTE AL CORAZÓN.

Mª Soledad Alegre López
Profesora de Música
msalegre@e-quercus.es

         

 
 
   

Departamento de Música